martes, 30 de julio de 2013

De noche en la ciudad (Fragmento)

Era de noche, lo sabia, pero algo impulsaba a los dedos a escribir. Tal vez la gana de demostrarse todo lo que podía hacer si se lo proponía; tal vez la ansiedad por no perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Hacia frió, era invierno y afuera nevaba como hace muchos años no lo veían sus ojos.
Al levantarse de la cama sintió la inmensa necesidad de buscar un espejo, ese elemento que había olvidado hace mucho tiempo ya solo por no recordar jamás su figura. Se desnudo y vio ante sus ojos los desastres del tiempo en su cuerpo. Recordó con dolor cada momento vivido después de cada cicatriz y supo que fue ella quien las ocasiono cuando decidió olvidarse de si misma. Tembló, lloró, vivió por muchos instantes cada pequeña gloria que le había dado el tiempo “cuando la vida era mejor… (Se decía)”. Pero era demasiado tarde para sanar heridas profundas, era demasiado tarde para evitar lastimarse, lastimarlo.
Vivía cada día como si fuera el último, no con pasión, no, con la esperanza de que algún día viniera muerte y la llevara a lo profundo del infierno. Hay cosas que hay que pagar y es de valientes aceptar la responsabilidad.
Cada día miraba su porvenir aun mas negro que el día anterior, pero un día vio entre la multitud unos hermosos ojos que hicieron ver la vida de diferente manera. El amor en su vida no era mas que pasional, algo terrenal algo sin importancia para ella, aunque en el fondo quisiera ser la princesa de ese cuento que te venden cuando eres pequeña.

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